Dar sentido.
Caerse y volver a levantarse… una y otra y otra… y tantas otras veces.
Habla el místico poeta San Juan de la Cruz de la “noche oscura”, con el ansia de lo que persigue hasta alcanzarlo, pero no menos vehemente es cuando leemos “la fonte”, donde reitera una y otra vez como resignándose… “aunque es de noche”.
Pero recordando la “letanía” de Qohelet en el Eclesiastés, éste indica que hay un tiempo para cada cosa, y otro para la totalmente opuesta.
Por eso, si hay un tiempo para “anochecer”, también tiene que haber un tiempo para amanecer.
Hoy percibo que es tiempo de amanecer.
Lo veo a mi alrededor… en ti, en aquel, en aquella, en la otra…
Lo veo en ti, que por fin has conseguido un trabajo donde poder realizarte.
Lo veo en ti, que comienzas nuevos proyectos profesionales y personales, poniendo todo tu entusiasmo y esfuerzo, ánimo!!
Lo veo en ti, que has encontrado tu camino, respondiendo a tu “llamada” particular.
Lo veo en ti, que te encaminas hacia el futuro de la mano de tu maravilloso compañero.
Lo veo en ti, que cierras una etapa para abrir otra en otro lugar, y que sabes que donde quiera que vayas allí estaremos contigo.
Lo veo en ti, que después de tanto tiempo, y mucho esfuerzo, puedes estar cerca de los que quieres (y los que te queremos, querido hermano).
Sí, lo veo en ti, y aún lo tengo que ver en tantos otros, porque el tiempo de amanecer también llegará para ellos… y quizás… ¿también para mi?
Cree, sueña, espera,
todo es posible.
© Fotografía: Jonas Weckschmied
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